Román Macaya, presidente de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) informó que siguen en trámite los protocolos necesarios para poder usar sangre de personas curadas de COVID-19, en pacientes que todavía luchan contra la enfermedad.
Macaya informó que durante la semana en curso los protocolos de donación y recepción de sangre para este fin serán analizados por los Comités de Bioética y Farmacoterapia.
“Este es el que está a más corto plazo para probar y obtener resultados”, dijo Macaya en la conferencia de prensa de este lunes 13 de abril, cuando se confirmaron 612 casos de COVID-19 en Costa Rica.
En una primera versión, los hospitales del país podrían utilizar el plasma de pacientes que ya se recuperaron para extraer los anticuerpos que se desarrollaron contra esta enfermedad. Luego, esos anticuerpos se usan en el paciente todavía enfermo.
Las autoridades habían advertido que para poder iniciar con este proceso eran necesarios dichos protocolos, pero también era necesario un alto número de donadores, pues para iniciar se requerirían la menos 25 de ellos.
Hasta este lunes 13 de abril se habían recuperado de COVID-19 un total de 62 personas.
Luego, el Instituto Clodomiro Picado (ICP) de la Universidad de Costa Rica (UCR) elaborará un tratamiento similar, pero más puro que el primero.
“La transferencia de plasma funciona. La transferencia de anticuerpos purificados a través de ese plasma debería de funcionar aún mejor (…) Cuando un médico hace una transferencia de plasma tiene efectos secundarios en los pacientes (…) cuando se le administran anticuerpos purificados, que se hace en muchísimas enfermedades, los efectos secundarios son muchos menos que con la transferencia de plasma completo”
Fuente: https://www.crhoy.com/